Por Luis C. Vigo
informativo.unt@gmail.com
Los niños saltan, bailan, cantan y actúan en medio de un planeta que les han dado para proteger. Si de ellos dependiera, nuestra querida Tierra no sufriría de contaminación, de incendios y depredación en sus bosques, pues se viviría de acuerdo con la naturaleza.
Una vez abierto el telón los niños aparecen disfrazados de flores, de animalitos y unos seres espaciales que llegan para salvar el mundo. Todo en el marco de una diversidad de color, alegría, compañerismo y la emoción propia de los niños que incursiona en el escenario.
De acuerdo al guión de la obra, llegan a la Tierra dos enviados de las inteligencias extraterrenales luego que escuchan el lamento de los niños del planeta (“llora, llora mi planeta”) y se enteran que la Casa de los Terrícolas está recalentada, sucia y llena de smog.
Los niños junto a los enviados siderales se deciden a limpiar el planeta y encuentra que la fórmula de la Tierra es el amor, porque el “amor es el sentimiento más hermoso de los hombres / es la máquina de la vida, /la montaña de los sueños / es paz y alegría”). Lo más saltante de la historia es que cuando el planeta queda limpio y hermoso hasta los emisarios quieren quedarse a vivir aquí.
El escenario de este planeta ideal fue el Teatro Municipal, donde el último jueves 11 se representó la obra “Tierra Feliz”, del dramaturgo y director de Proyección Social de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), Dr. Wellington Castillo Sánchez.
El público estuvo compuesto por los padres de familia y público en general que se enteró de esta nueva presentación de cerca de 50 escolares del nivel primario, que están siendo preparados bajo un nuevo concepto de artes integradas: danza, música y teatro.
La idea es formar –a través del arte- una nueva personalidad en los niños, reforzando su sensibilidad y creatividad, pero no con la idea de convertirlos en profesionales de la música o danza, sino cultivar su disciplina; potenciar, enriquecer y practicar los lenguajes y expresiones artísticas, que asimilen los valores humanos y por ende sacarlos del medio hostil y agresivo en los que muchos viven.
Y vaya que se están logrando estos objetivos en tan poco tiempo, pues según nos declaran las profesoras de estos niños, “se ha visto un cambio en su conducta y en sus aprendizajes” desde que conocieron la propuesta integrada impartida bajo las indicaciones del profesor Wellington Castillo.
Eso no quita que algunas niñas como Olenka Espinoza Arias quieran ser actrices cuando crezcan. La influencia del arte es bien fuerte: “Me gusta actuar, pero más me gusta aprender tanto sobre cómo salvar a nuestro planeta y esta obra de teatro creo que puede ayudar mucho para que todos entendamos que es urgente hacer algo por la Tierra”, declaró la pequeña.
Esta es la segunda vez que se repite la experiencia de juntar a los alumnos de dos talleres. La primera vez fue para la inauguración del II Encuentro Internacional Latinoamérica Pro Niñez, un evento que anima Wellington Castillo bajo los preceptos de las artes integradas.
Se trata de 24 niños de tercero al sexto año de primaria del colegio Corporación de Educación Popular (CEP) del sector El Trópico-Huanchaco, junto a 22 niños de la Institución Educativa Yanapay Perú del centro poblado El Milagro.
Al respecto, el director y fundador del CEP, Reverendo Padre Víctor Hugo Tumba agradeció al profesor Wellington por escoger a los niños de este centro educativo para llevar el taller de artes integradas: “agradezco esa confianza y haber dado todo por nuestros niños”.
Por su parte, el promotor del colegio Yanapay, Francisco Ibañez Paredes informó que desde febrero se realiza el trabajo con el equipo de la UNT y bajo la responsabilidad del artista dramático Antonio Diestro, quien brindó los primeros conocimientos de actuación a los niños de El Milagro.
“Los niños han cambiado mucho en su conducta y están mejor motivados para atender en sus clases”, afirmó.
El equipo técnico que hace realidad la obra “Teatro Feliz” está compuesto por Percy Briones (tramoya), Tomás Velásquez (luces), Antonio Diestro (vestuario y escenografía); y la música especial a cargo de Jorge Uceda, director del Orfeón Universitario. Todos bajo la dirección general del entusiasta Wellington Castillo.
EMOCIONADO
El director de la obra “Tierra Feliz”, como era de esperarse es uno de los más emocionados con la gran aceptación que ha tenido este breve guión de corte ecológico entre los niños de El Trópico y El Milagro.
“Estoy feliz y satisfecho, con muchos deseos de seguir adelante, porque quienes estamos comprometidos con la Educación debemos propiciar que este mensaje se difunda, porque las artes integradas pueden generar cambios positivos en la conducta de los menores”, afirmó.
Destacó esa facilidad que tuvieron los niños de dos zonas separadas geográficamente –El Milagro y El Trópico- para poder trabajar como un solo grupo y presentar por segunda vez la obra Tierra Feliz.
informativo.unt@gmail.com
Los niños saltan, bailan, cantan y actúan en medio de un planeta que les han dado para proteger. Si de ellos dependiera, nuestra querida Tierra no sufriría de contaminación, de incendios y depredación en sus bosques, pues se viviría de acuerdo con la naturaleza.
Una vez abierto el telón los niños aparecen disfrazados de flores, de animalitos y unos seres espaciales que llegan para salvar el mundo. Todo en el marco de una diversidad de color, alegría, compañerismo y la emoción propia de los niños que incursiona en el escenario.
De acuerdo al guión de la obra, llegan a la Tierra dos enviados de las inteligencias extraterrenales luego que escuchan el lamento de los niños del planeta (“llora, llora mi planeta”) y se enteran que la Casa de los Terrícolas está recalentada, sucia y llena de smog.
Los niños junto a los enviados siderales se deciden a limpiar el planeta y encuentra que la fórmula de la Tierra es el amor, porque el “amor es el sentimiento más hermoso de los hombres / es la máquina de la vida, /la montaña de los sueños / es paz y alegría”). Lo más saltante de la historia es que cuando el planeta queda limpio y hermoso hasta los emisarios quieren quedarse a vivir aquí.
El escenario de este planeta ideal fue el Teatro Municipal, donde el último jueves 11 se representó la obra “Tierra Feliz”, del dramaturgo y director de Proyección Social de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), Dr. Wellington Castillo Sánchez.
El público estuvo compuesto por los padres de familia y público en general que se enteró de esta nueva presentación de cerca de 50 escolares del nivel primario, que están siendo preparados bajo un nuevo concepto de artes integradas: danza, música y teatro.
La idea es formar –a través del arte- una nueva personalidad en los niños, reforzando su sensibilidad y creatividad, pero no con la idea de convertirlos en profesionales de la música o danza, sino cultivar su disciplina; potenciar, enriquecer y practicar los lenguajes y expresiones artísticas, que asimilen los valores humanos y por ende sacarlos del medio hostil y agresivo en los que muchos viven.
Y vaya que se están logrando estos objetivos en tan poco tiempo, pues según nos declaran las profesoras de estos niños, “se ha visto un cambio en su conducta y en sus aprendizajes” desde que conocieron la propuesta integrada impartida bajo las indicaciones del profesor Wellington Castillo.
Eso no quita que algunas niñas como Olenka Espinoza Arias quieran ser actrices cuando crezcan. La influencia del arte es bien fuerte: “Me gusta actuar, pero más me gusta aprender tanto sobre cómo salvar a nuestro planeta y esta obra de teatro creo que puede ayudar mucho para que todos entendamos que es urgente hacer algo por la Tierra”, declaró la pequeña.
Esta es la segunda vez que se repite la experiencia de juntar a los alumnos de dos talleres. La primera vez fue para la inauguración del II Encuentro Internacional Latinoamérica Pro Niñez, un evento que anima Wellington Castillo bajo los preceptos de las artes integradas.
Se trata de 24 niños de tercero al sexto año de primaria del colegio Corporación de Educación Popular (CEP) del sector El Trópico-Huanchaco, junto a 22 niños de la Institución Educativa Yanapay Perú del centro poblado El Milagro.
Al respecto, el director y fundador del CEP, Reverendo Padre Víctor Hugo Tumba agradeció al profesor Wellington por escoger a los niños de este centro educativo para llevar el taller de artes integradas: “agradezco esa confianza y haber dado todo por nuestros niños”.
Por su parte, el promotor del colegio Yanapay, Francisco Ibañez Paredes informó que desde febrero se realiza el trabajo con el equipo de la UNT y bajo la responsabilidad del artista dramático Antonio Diestro, quien brindó los primeros conocimientos de actuación a los niños de El Milagro.
“Los niños han cambiado mucho en su conducta y están mejor motivados para atender en sus clases”, afirmó.
El equipo técnico que hace realidad la obra “Teatro Feliz” está compuesto por Percy Briones (tramoya), Tomás Velásquez (luces), Antonio Diestro (vestuario y escenografía); y la música especial a cargo de Jorge Uceda, director del Orfeón Universitario. Todos bajo la dirección general del entusiasta Wellington Castillo.
EMOCIONADO
El director de la obra “Tierra Feliz”, como era de esperarse es uno de los más emocionados con la gran aceptación que ha tenido este breve guión de corte ecológico entre los niños de El Trópico y El Milagro.
“Estoy feliz y satisfecho, con muchos deseos de seguir adelante, porque quienes estamos comprometidos con la Educación debemos propiciar que este mensaje se difunda, porque las artes integradas pueden generar cambios positivos en la conducta de los menores”, afirmó.
Destacó esa facilidad que tuvieron los niños de dos zonas separadas geográficamente –El Milagro y El Trópico- para poder trabajar como un solo grupo y presentar por segunda vez la obra Tierra Feliz.
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