Escribe Modesto Montoya (*)
Reporte de Ciencias
01 de abril del 2010
Este año hemos recibido abundante información sobre el mega-experimento que se realiza en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) -un anillo de 27 kilómetros de perímetro por el que circulan y chocan protones con velocidades cercanas a la de la luz-, el que ha generado mitos y controversias. Sin embargo, poco sabemos sobre los científicos latinoamericanos involucrados en este proyecto.
En el VIII Simposio Latinoamericano sobre Física nuclear y Aplicaciones, que tuvo lugar recientemente en Santiago de Chile, el físico mexicano Gerardo Ramos, miembro del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) de México, uno de los pioneros latinoamericanos en el LHC, nos explicó la participación de México en ese proyecto.
México empezó a trabajar en el experimento ALICE (A Large Ion Collider Experiment) desde 1995. Los investigadores mexicanos han diseñado y construido parte del detector; y, en el 2009, han participado en los experimentos relacionados con las primeras colisiones de protones en el LHC. Perú no invierte con recursos económicos, pero tiene físicos que participan en el proyecto ALICE. Al principio participó Javier Solano, físico de la Facultad de Ciencias de la UNI; ahora están Ernesto Calvo e Ydala Delgado, liderados por Alberto Gago, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En realidad, desde principios de los 90, el físico peruano José Galvez, profesor de la UNI, ya trabajaba en el proyecto LHC, en el CERN, a través del programa World Laboratory.
Gerardo Herrera señala que la famosa –aunque aún no detectada- partícula Dios o partícula de Higgs es solo parte del interés del proyecto LHC. Producto de la colisión de protones con energías muy elevadas, salen innumerables nuevas partículas, cuya detección y procesamiento de la información demanda grandes equipos de detección y una red de computación (Computing GRID en inglés). El físico Javier Solano está ahora desarrollando el proyecto GRID en el Perú, en el marco de la recientemente creada Escuela de Ciencias de la Computación en la UNI.
Se espera que algunas de las partículas que se detectarán en el experimento LHC den cuenta de las llamadas energía oscura y materia oscura, constituyentes de la mayor parte del universo que hasta ahora no se ha podido detectar. Incluso, se puede tener acceso a dimensiones hasta ahora desconocidas del universo, poniendo a prueba la teoría de cuerdas, uno de cuyos autores es el peruano Barton Zwiebach.
La máquina ha llegado colisionar protones con una energía de 7 TeV (1 TeV es la energía que adquiriría un electrón al aplicarle “teóricamente” una diferencia de potencial de un billón –millón de millones- de voltios). La meta es duplicar esa energía. Algunas personas temen experimentos con tan alta energía. Sin embargo, la física argentina María Micheletti, investigadora del Observatorio Auger, dedicada a la detección de rayos cósmicos, nos dijo, en ocasión del mencionado simposio, que del cosmos vienen innumerables partículas con energías mucho mayores que las del LHC.
Hasta hace poco, el laboratorio en el que se lograba las colisiones más energéticas era el Fermilab (Estados Unidos), dirigido por el físico peruano Pier Oddone. En el LHC ya trabajan físicos del Fermilab. Ahora que se está logrando valores record de energía de colisión; más físicos irán al CERN.
En la física de altas energías, la competencia científica ya no se da entre países, sino entre equipos internacionales, los que buscan encontrar primero que otros las partículas aún no detectadas y plantear las teorías que las interpreten.
Como vemos, el Perú no está ajeno al experimento LHC. Los físicos de partículas peruanos son parte de uno de esos equipos que juegan en las grandes ligas internacionales de la ciencia, al tiempo que, en las universidades peruanas, forman nuevas generaciones de científicos, las que seguirán buscando comprender el universo en el que vivimos, universo que, mientras más lo estudiamos, más incógnitas nos presenta.
(*) Dr. en física nuclear, autor del libro “Física de Altas Energías y Origen del Universo”, Ceprecyt, 1994”
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