jueves, 15 de mayo de 2008

El legado de Sánchez Carrión y la Universidad Nacional de Trujillo


Mucho deben la Universidad Nacional de Trujillo y los liberteños a José Faustino Sánchez Carrión Rodríguez y Ledesma. A él debemos la creación de la Primera Universidad Republicana y la Corte Superior de Justicia de Trujillo, instituciones que cumplen en este mes 184 años de existencia. Es decir, avivó la antorcha del conocimiento y colocó la balanza de la equidad, en una región que desde siempre se ha caracterizado por su amor a la Libertad.

Cuenta la historia que en el cuartel de Huamachuco, el “Solitario de Sayán” le había presentado al Libertador Simón Bolívar dos proyectos: la creación de un hospital para Huamachuco y la creación de la Universidad Nacional de Trujillo. El 10 de mayo de 1824, antes de emprender la cabalgata hasta Junín, Bolívar dejó rubricada el acta de fundación de la UNT.

¿Cómo es que Sánchez Carrión solicita y sugiere la creación de la hoy UNT? No solo porque era liberteño y reclamaba un centro superior de estudios para esta región. El ministro y consejero de Bolívar demandó la creación de la UNT en un gesto de agradecimiento hacia los hijos de los bravos hombres que pelearon las batallas por la Independencia del Perú.

De esta gratitud da cuenta el estudioso alemán Ernesto Zierer, quien esta semana, presentó un libro sobre los valores de nuestro ilustre paisano (“José Faustino Sánchez Carrión - su legado de valores”. Editado por la UNT). Ahí la gratitud es precisamente, junto a la humildad, el desinterés y la verdadera sabiduría, una de las virtudes y valores que Sánchez Carrión predicaba con el ejemplo.

Es por eso que el Prócer dejó consignado en el decreto de creación de la Universidad: “...que merecen mucho de la patria, las provincias del expresado departamento, por su fidelidad a la causa, y por sus multiplicados importantes servicios al Ejército Libertador, en las circunstancias más apuradas de la República”.

Ese gesto -que pinta de cuerpo entero a un hombre que a sus 38 años había entregado todo al Perú-, debe ser justamente revalorado. Por eso, sirva esta tribuna para hacer un llamado a estudiantes, investigadores y autoridades a poner en su justa ubicación a este Prócer Peruano.

Nos hacemos eco del pedido de Zierer, quien propone –en su libro- la creación de una Cátedra Faustino Sánchez Carrión y dar mayor cabina al pensamiento de Sánchez Carrión como ideólogo, constituyente y ministro de Estado.

Su legado: la Universidad Nacional de Trujillo, está vigente. Sigue cumpliendo el ideario para el que fue creado: servir a los hijos de las personas de escasos recursos, que ven en la escuela pública la mejor vía para la formación profesional de los jóvenes.

La Universidad Nacional de Trujillo, desde que inició sus actividades, ha pasado por diversas etapas que ha marcado su desarrollo, hoy en día la Universidad que encontramos está abocada a brindar una educación actualizada acorde a los avances del desarrollo científico y tecnológico que se viene dando en los diversos campos de la ciencia.

En Trujillo, la Universidad Nacional de Trujillo tiene la Ciudad Universitaria más grande del país y esa visión de los fundadores ha dado pie a que toda la zona norte se desarrolle en torno a su Universidad.

Sus profesionales han contribuido al progreso del país, de aquí han salido ilustres magistrados, investigadores científicos, parlamentarios, gerentes de empresas nacionales y transnacionales; es decir, la UNT se ha erigido como un faro de conocimiento y su luz sigue irradiando en todas direcciones.

Es por eso que podemos decir: la UNT está de cara a la modernidad, afrontando los retos que ésta le plantea; para ello se viene promoviendo la acreditación universitaria en todas sus facultades, situación que le permitirá en el futuro estar acorde a las grandes tendencias mundiales en materia educativa.

Del mismo modo, para lograr asimilar el avance de otras realidades se tiene suscrito convenios con universidades de prestigio de diversas partes del mundo, como España, Austria e Italia; situación que ha deparado a nuestra institución logros académicos en la formación profesional con lo cual se contribuirá directamente con el desarrollo de nuestra región, así como del país.

En la actualidad, la obra de Bolívar y Sánchez Carrión, cobra gran vigencia, porque tenemos un Centro de Estudios Superiores que está en permanente desarrollo, sirviendo a la población como ellos lo pensaron, porque sus estudiantes siguen siendo de los sectores populares, y de esa cantera continúan surgiendo mentes preclaras que conducen los destinos de esta región y el territorio nacional.

Hoy, al pie del árbol de los conocimientos, no queda sino seguir el ejemplo de vocación de servicio que realizaron Bolívar y Sánchez Carrión, para tener una universidad cada vez más grande y así tener una Patria cada vez mejor.

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